Procedimiento
1 vaso de 200 c.c. de vino blanco
1 vaso de 200 c.c. de aceite de oliva
1 cta de polvo para hornear
1 cucharadita de sal
harina, c\ n
1 yema de huevo para pintar la superficie
INGREDIENTES RELLENO:
1 pechuga de pollo sin piel ni hueso
6 frankfurters SCHNECK
1/2 cebolla pequeña
1/2 lata de tomate triturado
1 chorro de vino blanco o caldo
Poner en un bowl los ingredientes para hacer la masa con un poco de harina y mezclar bien con una cuchara de madera, ir añadiendo harina poco a poco, se ha de formar una masa elástica y lisa. Seguir amasando con las manos encima del mármol.
Formar una bola y reservar tapada mientras hacemos el relleno.
En una sartén honda sofreímos la cebolla cortada en trozos pequeños, cuando esté transparente añadimos la pechuga cortada a trocitos y cuando tome color echamos el tomate y un chorro de vino blanco o caldo.
Cuando el sofrito esté casi a punto se añaden los frankfurters en rodajas y se hace todo junto durante unos minutos.
Dividir la masa en dos partes, la de abajo ligeramente mayor que la de arriba y extenderlas con ayuda de un palote o de las manos.
Poner la capa de abajo en un molde o en la bandeja del horno ligeramente enmantecada, colocar el relleno (templado) y cubrir con la parte de arriba, cerrar bien todo el contorno para que no se escape el relleno, se puede hacer un reborde.
Cortar los trozos sobrantes de masa y haced algún adorno con ellos. En el centro de la parte superior se hace un agujero a modo de chimenea. Se pinta toda la superficie con yema batida y se mete en el horno precalentado a 200º hasta que este dorada.
Suele gustar a todo el mundo, sobre todo a los chicos que así varían de la pizza.